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lunes, 15 de septiembre de 2025

RESEÑA: REY DE CRISTAL

 DE ANTONIO J. AGUIRRE

La segunda novela protagonizada por el inspector Santana marca un salto cualitativo en la narrativa de Antonio J. Aguirre. Rey de Cristal es una obra que se adentra con firmeza en los terrenos más oscuros del thriller policial, ofreciendo una historia vibrante, compleja y profundamente adictiva. Desde sus primeras páginas, el lector se ve arrastrado por una investigación que va mucho más allá de la persecución de un asesino en serie: lo que está en juego es la estabilidad emocional del equipo, la integridad de sus miembros y la confrontación con un mal que parece tener raíces más profundas de lo que imaginaban.

La novela destaca por una estructura narrativa ágil y envolvente, que no deja espacio para el descanso. Cada capítulo introduce nuevas capas de tensión, y los acontecimientos se suceden con una cadencia que obliga a seguir leyendo. Santana, lejos de ser un simple detective, se enfrenta aquí a dilemas personales y profesionales que lo ponen contra las cuerdas. Su evolución como personaje es palpable, y se convierte en el eje emocional de una historia que no solo busca resolver crímenes, sino también explorar las grietas internas de quienes los investigan.

Uno de los grandes aciertos de esta entrega es la incorporación de Jorge Blanco, un nuevo miembro de la brigada cuya presencia altera la dinámica del grupo. Blanco es un personaje enigmático, con un pasado que se intuye complejo y una intuición que lo convierte en un investigador brillante. Su relación con el resto del equipo añade tensión y profundidad, y su papel en la trama es decisivo para desentrañar los secretos que se esconden tras los crímenes.

Los personajes que ya conocíamos de la novela anterior también muestran una evolución notable. Cada uno de ellos se enfrenta a sus propios conflictos, y sus decisiones tienen consecuencias reales en el desarrollo de la historia. Aguirre logra que el lector se involucre emocionalmente con ellos, lo que multiplica el impacto de los giros argumentales que, por cierto, están ejecutados con una precisión milimétrica. Nada es lo que parece, y cada revelación obliga a replantearse lo que se creía cierto.

La ambientación, aunque discreta, cumple con creces su función: crea una atmósfera inquietante, casi claustrofóbica, que refuerza el tono sombrío de la novela. El estilo narrativo es directo, sin artificios innecesarios, pero con una capacidad notable para generar imágenes potentes y transmitir emociones intensas.

Rey de Cristal es una novela que no solo cumple con las expectativas del género, sino que las supera. Es una obra sólida, inteligente y emocionante, que demuestra el talento de su autor para construir historias complejas y personajes memorables. Una lectura imprescindible para quienes disfrutan del suspense bien construido y de los relatos que saben mantener la tensión hasta la última página.

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ENTREVISTA A JOSÉ LUIS GUERRERO CARNICERO





RAÚL REYES: ¿Cómo te iniciaste en el mundo de la escritura?

JOSÉ LUIS GUERRERO: Siempre me sentí atraído por la idea de escribir, pero salvo algún que otro relato corto en mi juventud, no fue hasta hace unos seis años que me animé a participar en certámenes literarios con relatos y algún otro poema. Mi primera novela, titulada «Alter Ego» es del 2020.

R.R.: ¿Quiénes son tus principales influencias literarias y por qué?

J.L.G.: Escribo de todos los géneros, así que supongo que mis influencias son muy variadas. Siempre me han gustado los clásicos y nunca he dejado de leerlos, o releerlos cuando he leído todo de un autor, como en el caso de Edgar Allan Poe. También he leído mucha novela histórica.

R.R.: ¿Cómo describirías tu proceso creativo?

J.L.G.: Caótico. Un perfecto ejemplo sería mi antología «Rayos, truenos y centellas» El caos es un orden por descifrar. Eso decía Saramago y me encanta esa frase porque me identifico.

R.R.: ¿Tienes alguna rutina para escribir?

J.L.G.: No, salvo que consideremos como rutina que, cuando escribo novela o relatos largos, lo hago durante el día en el ordenador, pero cuando escribo relatos cortos, suelo hacerlo de madrugada, en el móvil y tumbado en la cama.

R.R.: ¿En qué te inspiras para crear tus historias?

J.L.G.: Pues... son tan variadas que cada una tendría diferente origen en cuanto a inspiración.

R.R.: ¿Qué libros has publicado hasta la fecha?

J.L.G.: Un total de dieciocho, entre novelas, cuentos, antología de relatos e incluso un poemario de décimas.








R.R.: ¿Cuál consideras que ha sido tu mayor reto como escritor?

J.L.G.: La novela histórica en general. Cuando digo esto, la gente suele pensar que es por la documentación, pero en realidad, la verdadera complicación está en pensar y sentir cómo lo hacían las personas de esa época.

R.R.: ¿Cómo te enfrentas a la página en blanco y a la falta de inspiración?

J.L.G.: Afortunadamente, no tengo compromisos editoriales (ni los quiero), así que me enfrento al problema dejando de escribir y volviendo cuando me lo piden las musas.

R.R.: ¿Tienes algún método para trabajar la trama y los personajes?

J.L.G.: No, algunas veces creo que los personajes van por libre. Yo propongo la trama, pero ellos acaban definiéndola según voy avanzando.

R.R.: ¿Cuál ha sido tu obra favorita hasta el momento y por qué?

J.L.G.: Supongo que «sueño letal» ha sido mi trabajo más redondo hasta el momento.

R.R.: ¿Prefieres escribir un primer borrador a mano o en tu ordenador?

J.L.G.: Ahora no escribo nada a mano. En mis inicios, cuando escribí algunos relatos, sí me gustaba hacerlo a mano. Ahora prefiero utilizar las notas del móvil

R.R.: ¿Qué consejos le darías a alguien que quiere empezar a escribir?

J.L.G.: Que confíe en él, que no tenga miedo al ridículo. Y, que si empieza, con el tiempo mejorará, pero si no lo hace, se arrepentirá algún día.

R.R.: ¿Qué piensas que hace a una buena historia?

J.L.G.: Depende del escritor, en algunos casos la perseverancia, pero esta no sirve de mucho si no hay unas condiciones innatas

R.R.: ¿Qué cambios has visto en la industria editorial en los últimos años?

J.L.G.: Obviamente, el gran cambio que lo ha revolucionario todo, y aún lo va a revolucionar más, es el tema digital

R.R.: ¿Cuál es tu opinión sobre los talleres de escritura y los cursos de escritura creativa?

J.L.G.: Yo no he ido nunca a ninguno. Supongo que serán muy útiles si quien los imparte es un buen profesional, pero me temo que, por la gran demanda, habrá de todo.

R.R.: ¿Qué opinas sobre el impacto de la tecnología en el mundo de la escritura y la lectura? ¿Has usado algún tipo de software para estilo, corrección y/o redacción? ¿Por qué?/¿Por qué no?

J.L.G.: Desde hace poco utilizo la IA para las correcciones ortotipográficas, pero no me parece honesto usarla para nada más en el mundo de la escritura creativa

R.R.: ¿Qué opinas sobre la autopublicación?

J.L.G.: Me parece muy positiva, en cuanto que te libera de las imposiciones editoriales. El problema es que hay de todo y... Bueno, ya me entendéis

R.R.: ¿Has tenido experiencia con editores y publicación con editorial? Cuéntame qué te ha parecido esta experiencia.

J.L.G.: Yo empecé muy tarde, como he contado antes, y no he tenido paciencia para intentar publicar con editoriales tradicionales. No me veo terminando una novela y esperando meses o años para verla publicada. Prefiero verla al día siguiente de tenerla terminada, aunque solo la lean unos cuantos.

R.R.: ¿Tienes futuros proyectos literarios de los que me puedas hablar? 

J.L.G.: Tengo como unas cinco novelas empezadas (aquí hay que volver a leer lo que opino de caos). El proyecto que más me ilusiona es una novela histórica que se desarrolla en 1212, después de la batalla de las Navas de Tolosa. Tengo unas 20.000 palabras escritas.




martes, 9 de septiembre de 2025

RESEÑA: SUEÑO LETAL - METEMPSICOSIS

 DE JOSÉ LUIS GUERRERO CARNICERO

Desde la primera página, Sueño Letal me atrapó con una propuesta tan original como inquietante: ¿y si los sueños fueran algo más que simples proyecciones del subconsciente? ¿Y si fueran el eco de una vida pasada, una puerta abierta a otra existencia? Esta novela explora con maestría el concepto de la metempsicosis —la transmigración del alma— y lo entrelaza con una trama de suspense que se despliega en dos líneas temporales perfectamente hiladas.

La protagonista, Bea, es una joven que vive atormentada por pesadillas que no solo la desvelan, sino que la sumergen en la vida de otra persona. Lo que comienza como una inquietud psicológica se convierte en una carrera contrarreloj para salvar su propia vida. La angustia que siente es tan vívida que, como lector, uno no puede evitar compartir su desasosiego. Entra entonces en escena Carlos, un psiquiatra con una mente abierta a lo inexplicable, y Efrén, un experto en reencarnación. Juntos forman un trío que busca respuestas en un terreno donde la ciencia y lo espiritual se rozan con delicadeza.

Lo que más me ha fascinado es cómo Guerrero Carnicero logra que el lector transite entre el presente y el pasado sin perder el hilo. La segunda línea narrativa nos lleva al Madrid de 1920, donde el inspector Néstor —un personaje que merece su propia saga— investiga una serie de crímenes con la ayuda de su asistente Andrés. La ambientación histórica está tan bien lograda que uno puede sentir el aroma del café en las tabernas, el crujir de los adoquines bajo los pasos del inspector, y el peso de una ciudad que empieza a modernizarse pero aún guarda secretos oscuros.

La conexión entre ambas historias es uno de los grandes aciertos de la novela. No se trata de un simple paralelismo, sino de una interdependencia narrativa que se va revelando poco a poco, con giros inesperados y momentos de auténtico vértigo. La prosa de Guerrero es directa, ágil, sin florituras innecesarias, pero con una capacidad notable para crear atmósferas. Cada capítulo deja con ganas de más, y el ritmo nunca decae.

Además, el autor consigue que los personajes secundarios tengan profundidad y propósito. Efrén, por ejemplo, no es solo un sabio en lo esotérico, sino un hombre con sus propias sombras. Y Néstor, con su mirada suspicaz y su método deductivo, se convierte en una figura que uno desea seguir con más casos.

Al cerrar el libro, me quedé con esa sensación que solo dejan las buenas historias: la de haber vivido algo intenso, misterioso y emocionalmente resonante. Felicito sinceramente a José Luis Guerrero por esta obra tan bien escrita y tan adictiva. Espero que el inspector Néstor regrese pronto, porque su mundo —y el de Bea— aún tienen mucho que contar. Una lectura que recomiendo sin reservas.

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