RAÚL REYES: Después
de haberme leído tu Grumo y Mosquito (título que me sedujo tan pronto como lo
vi en Amazon), me dio la sensación de que había encontrado a alguien capaz de
reinventar el género de fantasía humorística y tomar el relevo de Terry Pratchett
de forma digna. Así que puedo decir que ¿Cómo te iniciaste en el mundo de la
escritura?
BORJA ALONSO: Creo
que uno nunca se inicia en el mundo de la escritura: es algo que siempre está
ahí y se manifiesta de una manera u otra, tarde o temprano. Yo, por ejemplo,
dibujaba cómics en los bordes de los cuadernos, mapas de mundos fantásticos y
garabateaba relatos infames. Eso con menos de diez años. Pero sí que hubo un
momento determinante en el que explotó todo: cuando me rompí la pierna en pleno
verano. Solo, y arrasado por una ola de calor tremebunda, me vi con mucho
tiempo libre y la necesidad de ocupar mi cabeza en algo que me salvara de la
locura. Así pues, empecé a tomarme en serio esto de la escritura y di el salto
de los relatos, a las novelas. Me apunté a cursos, empecé a practicar a
diario... Mis primeros 7-10 libros fueron una basura, pero parece que ya le
estoy pillando el truco a esto de juntar letras.
R.R.: Aunque me las
puedo imaginar, ¿quiénes son tus principales influencias literarias y por qué?
B.A.: Mundodisco,
por supuesto. Terry Pratchett me hizo darme cuenta del potencial que tenía el
mestizaje de la comedia loca, tanto para llegar al lector por caminos poco
transitados, como para expresar ciertas ideas y denuncias. Luces de Bohemia, el esperpento, también me
influyó mucho en su momento y creo que es uno de los motivos por los que me
encanta escribir personajes patéticos alejados de toda épica. Por último, la
novela negra en general me turboflipa. Me encanta aplicar su estructura a mis historias.
R.R.: Sólo he
leído, como he dicho, Grumo y Mosquito, pero puedo asegurar que vi todas esas
influencias entre sus páginas. Dime más cosas, Borja. ¿Cómo describirías tu
proceso creativo?
B.A.: Como una
"vorágine escritoril aleatoria semi controlada". Existe una
planificación, con su inicio y destino definidos. También tengo definidos los
tripulantes del barco (personajes) y ciertas sensaciones que busco transmitir
en mis historias... ¡Quizá incluso algunos giros de trama! Pero cuando me siento,
empieza un proceso de escritura loca intercalada por sesiones de planificación
"dura". Pues eso, una vorágine escritoril aleatoria semi controlada.
Borja, sosteniendo
en devoción el resultado de esas vorágines escritoriles.
R.R.: ¡Jajajaja,
muy delirante, eso me encanta! Y a la hora de ponerte a escribir ¿tienes alguna
rutina?
B.A.: Hacerlo todos
los días. Y punto. Sin excusas, salvo fuerza mayor o amenaza de muerte. Aunque…
Ahora que lo preguntas, con Cuatrodedos
sí que hubo un salto de maduración importante a la hora de establecer una
rutina. Me creé un riguroso plan de escritura, hojas excel con una serie de
fases de trabajo planificadas (boceto,
escritura, revisión, repaso de estilo, contenido, etc) e hice algo que no
había puesto en práctica nunca: empezar a escribir y planificar el principio y
el final. De hecho, es el propio final de Cuatrodedos
de lo que más orgulloso estoy. Quise hacer con él una virguería técnica que me
parecía súper difícil de ejecutar y, creo, que lo he conseguido llevar a cabo.
Por desgracia, no puedo explicarla sin arruinar por completo la historia, ¡así
que chitón!
R.R.: ¿En qué te
inspiras para crear tus historias?
B.A.: En lo que
conozco y lo que querría conocer. Por ejemplo, Cuatrodedos está empapada de varios temas que domino por formación
profesional y experiencia laboral: la química y la cocina. Por otro lado, el
mundo de la pintura también está muy presente en la novela. Como mis
conocimientos pictóricos caben en un vaso de chupito, lo que hice fue recurrir a
mi novia (pintora de formación y
profesión) para que me instruyera un poco y me contara jugosas anécdotas y
chorradas del mundillo. Para terminar, visité varias bodegas de vino y
participé en unas pocas catas, ya que este tiene un peso capital en Cuatrodedos. Juro que acudir a dichas
catas y ponerme hasta el ojete de vino, queso y embutidos tan solo fué un
efecto secundario de este arduo trabajo de investigación
R.R.: Para los que
no te conocen, vamos a darle bombo a tus obras. ¿Qué libros has publicado hasta
la fecha?
B.A.: Grumo y Mosquito y Cuatrodedos, mi novela debut. La primera es una
novelette-experimento que jamás sabré cómo llegó a buen puerto, pues mezcla la
falsa obra de teatro con la fantasía humorística más loca, todo ello empapado
de un rollito esperpéntico loquérrimo. Por otro lado, Cuatrodedos sí que es una novela más “canónica” por así decirlo. Es
de lo que más orgulloso estoy a nivel literario. Con ella conseguí amalgamar
una serie de temas (cocina, pintura, química…) con tramas tipo novela policíaca
y comedia negra al más puro Guy Ritchie. Fue muy desafiante poder juntar tal
nivel de chorradas sin que el producto final me explotara en las manos. Os
aseguro que no solo vais a pasar un buen rato con Cuatrodedos, sino que os va a sorprender unas cuantas veces.
Grumo y Mosquito la
encontraréis en Amazon, en este enlace.
Cuatrodedos la
encontraréis en este enlace.
R.R.: ¿Cuál
consideras que ha sido tu mayor reto como escritor?
B.A.: Abrirme
camino. Hoy en día, lograr publicar con editorial sin apoyo detrás, suerte a
cascoporro o una carrera sólida, es un esfuerzo mayúsculo, casi masoquista. Es
muy difícil.
R.R.: Me hago una
idea de todo lo que comentas. Y ahora, la pregunta del millón: ¿Cómo te
enfrentas a la página en blanco y a la falta de inspiración?
B.A.: ¡De momento he
tenido suerte y no he sufrido de esto!
R.R.: ¿Tienes algún
método para trabajar la trama y los personajes?
B.A.: Con los
personajes hay mucha mandanga. Para empezar, les desarrollo una ficha y un
trasfondo que ya querrían mis personajes de rol. Luego, suelo escribir varios
relatos con ellos de protagonistas y secundarios a modo de "prueba de
fuego". Por último, y si me es posible, los meto en mis campañas de rol
para que se fogueen. ¡Acaban toreadísimos!
R.R.: ¿Cuál ha sido
tu obra favorita hasta el momento y por qué?
B.A.: Ronda de
noche. No porque sea la mejor novela de Terry Pratchett (esto es debatible)
sino porque es la más seria, la más dramática y la que más se acerca a lo que
yo aspiro conseguir en una novela: que haya risas, sí, pero también oscuridad y
llanto.
R.R.: Sí, eso lo
puedes ver en muchas obras de Pratchett. Su subserie de La Guardia de
Ankh-Morpork es una delicia. Pero sigamos contigo y tus obras. ¿Prefieres
escribir un primer borrador a mano o en tu ordenador?
B.A.: Un poco de
ambos, la verdad. Normalmente, la lluvia de ideas la hago en papel, así, a lo
loco. También acostumbro a tomar apuntes en folios sueltos en la oficina
mientras mis clientes buscan sus códigos de seguimiento (trabajo en Correos).
Ah, pero cuando me siento en el ordenador… La cosa cambia. Apago el modo
“escritroll” y activo el programa “escritor”. Se acabó la lluvia loca de ideas.
Las frases pesan y las palabras tienen que ser perfectas. También te digo una
cosa: con Cuatrodedos me pasaba que
no entendía mi letra y no sabía qué carajo había escrito en esos folios sueltos
de antes. Una vez hasta volví a casa con una escaleta esbozada junto al dibujo
de un pollo picantón.
R.R.: ¿Qué consejos
le darías a alguien que quiere empezar a escribir?
B.A.: Que se
aprende a escribir escribiendo. Ah, y que se apunte a alguna escuela de
narrativa.
R.R.: ¿Qué piensas
que hace a una buena historia?
B.A.: Que sea
genuina y no obedezca a modas, tendencias y moldes prefabricados. Que sea tuya.
R.R.: Lo has descrito
a la perfección. Y ahora, cambiando de tema, ¿qué cambios has visto en la
industria editorial en los últimos años?
B.A.: ¡Siguiente!
No tengo el conocimiento suficiente para opinar con criterio,
R.R.: ¡Jajajaja!
Venga, pues. ¿Cuál es tu opinión sobre los talleres de escritura y los cursos
de escritura creativa?
B.A.: Son una
herramienta brutal para aprender de forma súper acelerada, quemar etapas y
limar defectos. Ahora mismo estoy apuntado en uno. Y luego me apuntaré a otro,
y a otro…
R.R.: ¿Cómo
definirías el término "Chorrofantasía"?
B.A.: Lo cierto es
que el palabro nació como una broma interna y parece que ha llegado para
quedarse. Hace ocho años me encontraba trabajando en una serie de proto novelas
(que fueron las que desembocaron en Cuatrodedos)
y a la hora de buscar lectores beta me resultaba muy difícil explicar de qué
iban. Eran de fantasía, sí, pero no tenían nada de épica; traían mucha comedia,
pero no era Mundodisco; podían ser oscuras y con toques grimdark, pero el parecido con Abercrombie (el cual aún no conocía) era prácticamente nulo. Así pues, podemos
decir que la chorrofantasía es mi forma de escribir, un estilo que da lugar a
una fantasía a medio camino de la comedia loca y el grimdark, y que pone el enfoque en los personajes utilizando
estructuras de otros géneros como la novela negra.
R.R.: ¿Qué opinas
sobre el impacto de la tecnología en el mundo de la escritura y la lectura?
¿Has usado algún tipo de software para estilo, corrección y/o redacción?
B.A.: Hay
herramientas muy útiles para ganar tiempo y acelerar procesos mecánicos. Yo uso
un programa para detectar repeticiones cercanas, por ejemplo. O el Scrivener,
un programita que es lo más parecido a Jesucristo en términos de software para
escritores.
R.R.: ¿Qué opinas
sobre la autopublicación?
B.A.: Se aprende
mucho con ella pero encierra grandes peligros. Es muy difícil ser objetivo y
resistir la tentación de auto publicar una novela que aún está verde.
R.R.: ¿Has tenido
experiencia con editores y publicación con editorial? Cuéntame qué te ha
parecido esta experiencia.
B.A.: Ahora mismo
estoy gozando como un gorrino en una charca de barro con mi experiencia con
Insólita. Buen trato, profesionalidad, calidad. ¡Todo bueno! Sin embargo,
también he tenido experiencias nefastas en el pasado con otras editoriales (que
no nombraré). Profesionalidad nula, contratos draconianos, violación
sistemática de los derechos del autor, abuso de poder, impagos, coerción mediante
amenazas de denuncias... La verdad es que si caes en una mala editorial
(aunque, sinceramente, creo que no merecen llamarse tal cosa. No se lo merecen)
puedes llegar a vivir un auténtico inferno.
Una sesión de
firmas chorrofantástica.
R.R.: ¿Tienes futuros
proyectos literarios de los que me puedas hablar?
B.A.: Llevo tiempo
dándole vueltas a la idea de sacar un recopilatorio de historias cortas. Además
de terminar otra novela chorrofantástica, claro. ¡Esta vez algo más cortita que
Cuatrodedos, lo juro!
R.R.: Muchas
gracias, Borja, por contestar estas preguntas. ¿Quieres añadir alguna cosa más?
B.A.: Darte las
gracias por la oportunidad de hablar de mis chaladuras y proyectos. Aquí, en
Huesca, mis amigos ya aceleran el paso cuando sospechan que voy a asaltarlos
con alguno de mis delirios literarios.