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martes, 9 de septiembre de 2025

RESEÑA: SUEÑO LETAL - METEMPSICOSIS

 DE JOSÉ LUIS GUERRERO CARNICERO

Desde la primera página, Sueño Letal me atrapó con una propuesta tan original como inquietante: ¿y si los sueños fueran algo más que simples proyecciones del subconsciente? ¿Y si fueran el eco de una vida pasada, una puerta abierta a otra existencia? Esta novela explora con maestría el concepto de la metempsicosis —la transmigración del alma— y lo entrelaza con una trama de suspense que se despliega en dos líneas temporales perfectamente hiladas.

La protagonista, Bea, es una joven que vive atormentada por pesadillas que no solo la desvelan, sino que la sumergen en la vida de otra persona. Lo que comienza como una inquietud psicológica se convierte en una carrera contrarreloj para salvar su propia vida. La angustia que siente es tan vívida que, como lector, uno no puede evitar compartir su desasosiego. Entra entonces en escena Carlos, un psiquiatra con una mente abierta a lo inexplicable, y Efrén, un experto en reencarnación. Juntos forman un trío que busca respuestas en un terreno donde la ciencia y lo espiritual se rozan con delicadeza.

Lo que más me ha fascinado es cómo Guerrero Carnicero logra que el lector transite entre el presente y el pasado sin perder el hilo. La segunda línea narrativa nos lleva al Madrid de 1920, donde el inspector Néstor —un personaje que merece su propia saga— investiga una serie de crímenes con la ayuda de su asistente Andrés. La ambientación histórica está tan bien lograda que uno puede sentir el aroma del café en las tabernas, el crujir de los adoquines bajo los pasos del inspector, y el peso de una ciudad que empieza a modernizarse pero aún guarda secretos oscuros.

La conexión entre ambas historias es uno de los grandes aciertos de la novela. No se trata de un simple paralelismo, sino de una interdependencia narrativa que se va revelando poco a poco, con giros inesperados y momentos de auténtico vértigo. La prosa de Guerrero es directa, ágil, sin florituras innecesarias, pero con una capacidad notable para crear atmósferas. Cada capítulo deja con ganas de más, y el ritmo nunca decae.

Además, el autor consigue que los personajes secundarios tengan profundidad y propósito. Efrén, por ejemplo, no es solo un sabio en lo esotérico, sino un hombre con sus propias sombras. Y Néstor, con su mirada suspicaz y su método deductivo, se convierte en una figura que uno desea seguir con más casos.

Al cerrar el libro, me quedé con esa sensación que solo dejan las buenas historias: la de haber vivido algo intenso, misterioso y emocionalmente resonante. Felicito sinceramente a José Luis Guerrero por esta obra tan bien escrita y tan adictiva. Espero que el inspector Néstor regrese pronto, porque su mundo —y el de Bea— aún tienen mucho que contar. Una lectura que recomiendo sin reservas.

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