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viernes, 15 de agosto de 2025

ENTREVISTA A ANTONIO J. AGUIRRE

RAÚL REYES: ¿Cómo te iniciaste en el mundo de la escritura?

ANTONIO J. AGUIRRE: Desde siempre la lectura ha sido uno de mis grandes hobbies, y la novela negra, mi territorio favorito. Crecí devorando historias de crímenes, giros inesperados y personajes llenos de matices. Con el tiempo, empecé a acumular mis propias ideas y tramas en la cabeza… pero claro, escribir es otra cosa. No basta con imaginarlo, hay que sentarse y darle forma. No me decidí a dar el paso hasta que sentí que estaba preparado para desarrollarlo como quería. Y cuando lo hice, descubrí que era mucho más que contar una historia: era construir un mundo en el que podía perderme… y arrastrar al lector conmigo.

R.R.: ¿Quiénes son tus principales influencias literarias y por qué?

A.J.: He crecido leyendo a grandes escritores del género como Lorenzo Silva o John Verdon y, más recientemente, Carmen Mola. Me fascina cómo son capaces de construir no solo una trama, sino todo un mundo alrededor de sus novelas. Admiro especialmente a los que saben dar vida a personajes que transmiten, que te hacen sentir que podrías encontrártelos en la calle, con sus luces y sombras. Personajes con los que te identificas y que te arrastran sin remedio dentro de la historia. Ese es el tipo de literatura que me engancha como lector… y la que intento ofrecer como escritor: que empieces una página y, sin darte cuenta, ya no quieras soltar el libro.

R.R.: ¿Cómo describirías tu proceso creativo?

A.J.: Mi proceso creativo empieza con una chispa: puede ser una imagen, una frase, una noticia… algo que se me queda rondando en la cabeza y empieza a crecer. A partir de ahí, voy armando el esqueleto de la trama, definiendo a los personajes y sus motivaciones. Me gusta tener claro hacia dónde voy, pero no tanto el camino exacto: dejo espacio para que la historia me sorprenda y para que los personajes tomen decisiones que, a veces, ni yo mismo esperaba. También hay mucha documentación detrás, sobre todo en lo policial. Me gusta que el lector sienta que lo que lee podría pasar perfectamente. Y luego, claro, está la parte menos romántica: muchas horas, revisiones y cafés. Porque las buenas ideas son el punto de partida, pero lo que las convierte en novela es sentarse a escribir… incluso en esos días en que las musas parecen estar de vacaciones.

R.R.: ¿Tienes alguna rutina para escribir?

A.J.: Trato de escribir cuando hay más tranquilidad en casa, normalmente cuando todos duermen y el silencio se convierte en mi mejor aliado. Aunque, a veces, una idea llega sin avisar y no te queda otra que salir corriendo a escribirla antes de que se escape. Mi única gran rutina es prepararme un café y sentarme con la mente despejada, sin que nada de mi vida personal interfiera en la historia. Necesito estar al cien por cien dentro de lo que escribo, como si durante esas horas el mundo real quedara en pausa y solo existiera el de mis personajes.

R.R.: ¿En qué te inspiras para crear tus historias?

A.J.: Me inspiro en la vida real, en los problemas que nos rodean y que, demasiadas veces, no se afrontan como deberían. La realidad es una mina inagotable para la novela negra. Busco historias que, además de entretener, inviten al lector a reflexionar sobre nuestra sociedad: la justicia, las segundas oportunidades, los errores que marcan vidas. Creo que la ficción tiene la capacidad de poner un espejo delante y mostrar cosas que, en el día a día, preferimos no mirar… y esa es la clase de historias que me interesa contar.

R.R.: ¿Qué libros has publicado hasta la fecha?

A.J.: Hasta ahora he publicado dos novelas que forman parte del universo del Inspector Santana. La primera es Caronte. Una vida por un peaje, con la que gané el Premio Subur Negre de novela policíaca. La segunda es Rey de Cristal, que continúa explorando el lado más oscuro y humano de mis personajes, con una trama marcada por el suspense y los giros. Ambas están disponibles en Amazon, en papel y en digital, y aunque se pueden leer de forma independiente, quien las lea seguidas descubrirá que hay un hilo invisible que las conecta… y que todavía tiene mucho que contar.

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R.R.: ¿Cuál consideras que ha sido tu mayor reto como escritor?

A.J.: Mi mayor reto ha sido superar el vértigo de la primera vez: sentarme a escribir una novela completa, sin saber si sería capaz de terminarla, y después tener el valor de mostrarla al mundo. Escribir no es solo juntar palabras, es exponer una parte de ti, con todo lo que eso implica. También ha sido un desafío mantenerme fiel a mi voz y a mis historias, sin dejarme llevar por lo que “se supone” que vende o está de moda. Y, por supuesto, encontrar el equilibrio entre la vida personal, el trabajo y esas horas de escritura que muchas veces le robas al sueño. Pero, al final, todo reto se convierte en aprendizaje… y en más ganas de seguir escribiendo.

R.R.: ¿Cómo te enfrentas a la página en blanco y a la falta de inspiración?

A.J.: La página en blanco puede ser intimidante, pero también es una invitación a empezar algo nuevo. Cuando la inspiración no aparece, no me quedo esperando a que se digne a venir: me siento igual, aunque sea para escribir un párrafo que después borre. A veces releo lo que ya tengo escrito, otras busco estímulos fuera: una noticia, una conversación, una canción… cualquier cosa que despierte una chispa. Y si nada funciona, me doy permiso para alejarme un rato. Porque he aprendido que la inspiración es como un gato: aparece cuando le da la gana… pero siempre te encuentra si sigues cerca.

R.R.: ¿Tienes algún método para trabajar la trama y los personajes?

A.J.: Más que un método cerrado, tengo una forma de entender las historias: me gusta que tanto la trama como los personajes respiren ambigüedad moral. En la vida real, nadie es completamente bueno o malo, y en mis novelas tampoco. Me interesa que el lector dude, que empatice incluso con quien no debería, y que sienta que la línea entre víctima y culpable a veces es más fina de lo que parece. Con los personajes busco una conexión auténtica: que se sientan reales, con problemas, contradicciones y miedos como podríamos tener cualquiera de nosotros. Y para lograrlo, necesito conocerlos bien antes de empezar a escribir… aunque siempre les dejo margen para sorprenderme por el camino.

R.R.: ¿Cuál ha sido tu obra favorita hasta el momento y por qué?

A.J.: Es difícil elegir, porque cada novela tiene algo especial y marca una etapa distinta para mí. Caronte. Una vida por un peaje fue mi primera publicación, la que me demostró que podía contar una historia larga y llegar a los lectores. Le tengo un cariño enorme por todo lo que significó y por abrirme las puertas de este camino. Pero Rey de Cristal me permitió crecer como escritor, arriesgar más con la estructura y profundizar en personajes que ya se habían ganado su sitio. Además, creo que es donde mejor he logrado esa mezcla de suspense, emoción y ambigüedad moral que tanto me gusta trabajar. Así que, si tengo que quedarme con una… diría que Rey de Cristal es la que más se acerca al escritor que quiero ser, aunque Caronte siempre será “la primera vez” y eso no se olvida.

R.R.: ¿Prefieres escribir un primer borrador a mano o en tu ordenador?

A.J.: Ordenador, siempre. Me resulta más rápido, más cómodo y me permite corregir sobre la marcha sin que el texto acabe pareciendo un mapa de tachones. Además, escribo a un ritmo que haría sufrir a cualquier bolígrafo… y, seamos sinceros, mi letra no está preparada para una novela entera.

R.R.: ¿Qué consejos le darías a alguien que quiere empezar a escribir?

A.J.: Que empiece. Parece obvio, pero es el paso que más se retrasa. No esperes a tener “la idea perfecta” o “el momento ideal”, porque no existen. Escribe, equivócate, borra, vuelve a escribir… y repite el proceso hasta que sientas que la historia respira. Lee mucho, de todo y de todos los géneros, porque eso alimenta tu voz como escritor. Y, sobre todo, no tengas miedo a mostrar lo que haces. La crítica es parte del camino, y si la sabes encajar, te hará crecer. Ah, y una última cosa: la disciplina importa más que la inspiración. La inspiración es caprichosa, pero la constancia es la que acaba llenando páginas.

R.R.: ¿Qué piensas que hace a una buena historia?

A.J.: Para mí, una buena historia es la que te agarra desde el principio y no te suelta, no solo por lo que cuenta, sino por cómo te hace sentir. Tiene que tener personajes que importen, que no sean perfectos, que se equivoquen y te remuevan por dentro. Una trama que avance, que sorprenda, pero que también deje espacio para respirar y reflexionar. Y, sobre todo, verdad. Aunque sea ficción, si el lector no siente que lo que pasa podría ocurrir de verdad, se rompe la magia. Todo lo demás —giros, ambientación, tensión— suma, pero sin esa verdad, la historia se queda hueca. Y si además consigues que el lector diga “un capítulo más y me voy a dormir”… y acabe viendo amanecer, entonces sabes que has hecho bien tu trabajo.

R.R.: ¿Qué cambios has visto en la industria editorial en los últimos años?

A.J.: Creo que el cambio más evidente es la democratización de la publicación. Hoy en día, gracias a plataformas como Amazon, cualquier escritor puede poner su libro al alcance de lectores de todo el mundo sin pasar por los filtros tradicionales. Eso abre muchas puertas, aunque también significa que hay muchísima más oferta y es más difícil destacar. También he visto un mayor peso de las redes sociales: ahora no basta con escribir, tienes que saber moverte, comunicar y crear una comunidad de lectores. El boca a boca sigue siendo poderoso, pero ahora también pasa por un tuit, un reel o una reseña en un blog. En resumen, creo que es un momento lleno de oportunidades para quienes estén dispuestos a trabajar duro, adaptarse… y no perder de vista lo más importante: escribir buenas historias.

R.R.: ¿Cuál es tu opinión sobre los talleres de escritura y los cursos de escritura creativa?

A.J.: Creo que pueden ser muy útiles, sobre todo para adquirir técnica, descubrir herramientas narrativas y aprender a mirar tu propio texto con ojos críticos. Además, compartir con otros escritores en formación te ayuda a salir de tu burbuja y a ver otras formas de contar historias. Eso sí, un curso no te convierte en escritor de la noche a la mañana. La verdadera base está en leer mucho, escribir más y no tener miedo a equivocarte. Un taller puede guiarte y acortar el camino, pero la voz propia solo se encuentra escribiendo… y escribiendo mucho. En resumen: son un buen impulso, pero la carrera la corres tú, palabra a palabra.

R.R.: ¿Qué opinas sobre el impacto de la tecnología en el mundo de la escritura y la lectura? ¿Has usado algún tipo de software para estilo, corrección y/o redacción? ¿Por qué?/¿Por qué no?

A.J.: La tecnología ha cambiado por completo la forma en la que escribimos, publicamos y leemos. Hoy tenemos acceso a bibliotecas enteras desde el móvil, podemos publicar un libro desde casa y llegar a lectores en cualquier parte del mundo. Eso es una oportunidad enorme, pero también un reto: hay tanta oferta que destacar requiere más esfuerzo que nunca. En cuanto a la escritura, utilizo la tecnología como una aliada. Trabajo en ordenador, me apoyo en procesadores de texto y herramientas de organización para las tramas y documentación. Pero no uso programas que me “reescriban” el estilo: creo que la voz de un autor es algo que se construye con práctica, no con algoritmos. Sí veo útil la tecnología para correcciones ortográficas o de formato, pero la parte creativa prefiero que siga saliendo de mí, con mis aciertos y mis errores. Al final, creo que la tecnología debe ser una ayuda… no el que escriba por ti.

R.R.: ¿Qué opinas sobre la autopublicación?

A.J.: Creo que la autopublicación ha abierto una puerta enorme para quienes, como yo, tienen una historia que contar y no quieren (o no pueden) esperar a que una editorial tradicional apueste por ellos. Te da libertad total para decidir el contenido, el diseño, el ritmo de publicación… y eso es muy valioso. Por supuesto, también implica más trabajo: no basta con escribir, tienes que cuidar la edición, la corrección, la portada, la promoción… y hacerlo bien, porque el lector nota cuando algo está hecho con mimo. Para mí, autopublicar ha sido una forma de aprender a todos los niveles, de estar en contacto directo con mis lectores y de comprobar que una buena historia puede encontrar su camino sin intermediarios. Eso sí, hay que tomárselo con la misma seriedad que si firmaras con la editorial más grande del mundo.

R.R.: ¿Has tenido experiencia con editores y publicación con editorial? Cuéntame qué te ha parecido esta experiencia.

A.J.: Mi experiencia principal ha sido con la autopublicación, que me ha dado una libertad creativa enorme y me ha permitido aprender de todo el proceso, desde la primera palabra hasta ver el libro en manos de un lector. Sí he tenido contacto con editoriales y editores, y creo que cuando hay una buena comunicación y un interés real en tu obra, el trabajo conjunto puede ser muy enriquecedor. Una buena edición profesional siempre suma: te ayuda a pulir el texto, a detectar matices que se te pueden escapar y a darle a la obra un acabado impecable. Al final, para mí lo importante es que el libro llegue al lector en las mejores condiciones posibles, ya sea con editorial o autopublicado. Lo demás son caminos distintos para el mismo objetivo.

R.R.: ¿Tienes futuros proyectos literarios de los que me puedas hablar?

A.J.: Sí, ahora mismo estoy trabajando en mi tercera novela, Heredero de Cenizas, que volverá a poner al inspector Santana en el punto de mira… pero esta vez de una forma mucho más personal y peligrosa. Es un thriller psicológico con tintes de novela negra, en el que un hombre que fue acusado y condenado por un crimen que no cometió regresa para ajustar cuentas. A lo largo de la historia, las víctimas, la investigación y las pistas irán revelando un pasado que Santana preferiría mantener enterrado. Es una novela en la que exploro la venganza, la justicia y la fina línea que separa el bien del mal, con personajes cargados de ambigüedad moral y giros que no dejarán respirar al lector. Si Caronte y Rey de Cristal fueron intensas, esta promete subir todavía más la tensión.

R.R.: ¿Quieres añadir alguna cosa más?

A.J.: Solo agradecerte, Raúl, que me hayas hecho un hueco en tu blog y me hayas permitido mostrar un poco más de quién soy detrás de las novelas. Creo que entrevistas como esta ayudan a que el lector no solo conozca las historias, sino también la persona que las escribe, con sus manías, sus pasiones y sus motivaciones. Ojalá quienes lean estas líneas se animen a adentrarse en el universo del inspector Santana y descubran que, más allá de los crímenes y la tensión, también hay humanidad, emociones y verdades incómodas. Gracias de nuevo por este espacio y por dejarme compartirlo con tus lectores.

miércoles, 13 de agosto de 2025

FUERA DE COBERTURA

¿Cómo pude escribir Fuera de cobertura en solo 15 días?


Desde su publicación, es una pregunta que muchos y muchas lectoras me han formulado.

La respuesta corta sería: inspiración súbita, urgencia creativa y un manuscrito olvidado que encontró su momento. Pero la historia completa es mucho más rica, y tiene que ver con cómo las ideas se gestan, se abandonan, y a veces, renacen en circunstancias inesperadas.

Hace tiempo, durante el confinamiento por la pandemia, escribí una obra de teatro que giraba en torno a dos personajes: Nil e Iris. Se conocían en circunstancias extraordinarias, encerrados en sus respectivos pisos, conectando a través de sus balcones, los silencios compartidos y las conversaciones digitales. Era una historia íntima, marcada por la soledad, la necesidad de contacto humano y la fragilidad emocional que todos experimentamos en esos meses.

Aunque tenía diálogos potentes y momentos de gran carga emocional, nunca logré darle una estructura sólida. Me faltaba una línea narrativa que cohesionara todo, un final que no se sintiera forzado. Así que, como ocurre con muchos proyectos creativos, lo guardé. Lo dejé reposar en una carpeta de mi Google Drive, esperando que algún día algo me hiciera volver a él.

Ese “algo” llegó de forma inesperada. Fue el día del apagón. Volvía a casa caminando, después de un caos generalizado: semáforos apagados, tiendas cerradas, redes caídas, y una sensación de desconcierto colectivo. Pero en medio de ese desorden, vi algo que me conmovió profundamente.

La gente estaba en la calle, hablando entre sí. Desconocidos compartían una radio portátil para escuchar noticias. Una heladería artesana, incapaz de conservar sus productos sin electricidad, regalaba helados a los transeúntes. Los parques se llenaban de familias, parejas, ancianos, todos disfrutando del momento, sin pantallas, sin prisas.

Fue como si el mundo se hubiera detenido, y en ese paréntesis, la humanidad (bueno, la parte que se concentraba en nuestro país) se hubiera reconectado consigo misma. Y entonces lo vi claro: ahí debía ubicarse la historia de Nil e Iris. No en el confinamiento, sino en un apagón total. Un colapso tecnológico que obligara a las personas a volver a lo esencial, a mirarse a los ojos, a hablar sin filtros.

A partir de ese momento, me sumergí en una intensa fase de documentación. Quería que el contexto del apagón fuera verosímil, que no pareciera una excusa narrativa sino una posibilidad real. Investigué sobre:

Fenómenos naturales que pueden afectar gravemente las redes eléctricas y de comunicación. Descubrí que una eyección de masa coronal del Sol podría, en teoría, dejar sin electricidad a medio planeta durante días o semanas.








(Photo credit: Tony Melony/Canva/Getty Images)

Leí informes sobre vulnerabilidades en infraestructuras críticas, cómo grupos organizados podrían sabotear sistemas energéticos, y qué protocolos existen para responder a estos eventos.









(Photo credit: LagartoFilms/Canva/Getty Images)

Exploré cómo la gente reacciona ante la incertidumbre, cómo surgen narrativas alternativas para explicar lo inexplicable, y cómo esas teorías pueden convertirse en parte del tejido social.









(Photo credit: MarekuliaszCanva/Getty Images)

Todo esto me permitió construir un mundo coherente, donde el apagón no era solo un telón de fondo, sino un catalizador de los encuentros, los conflictos y las revelaciones de los personajes.

Una vez tuve claro el nuevo marco narrativo, adaptar el texto original fue sorprendentemente sencillo. Gran parte de los diálogos ya estaban escritos, y seguían funcionando en este nuevo contexto. Lo que antes eran conversaciones por videollamada, ahora eran charlas cara a cara, con la tensión añadida de no saber qué estaba ocurriendo en el mundo.

Reescribí algunas escenas para incorporar elementos del apagón: la falta de luz, el silencio de las calles, la improvisación de la vida sin tecnología. Añadí personajes secundarios que representaban distintas reacciones ante la crisis: el paranoico que cree que todo es una conspiración, los vecinos que se reunen en improvisadas cenas, la gente que redescubre la radio analógica como su nuevo medio de asomarse al mundo.

Lo más difícil fue encontrar el tono adecuado. No quería que la obra fuera apocalíptica ni distópica. Quería que fuera humana, cálida, con momentos de humor y ternura. Que mostrara cómo, en medio del caos, pueden surgir conexiones auténticas.

Escribir Fuera de cobertura en 15 días no fue una hazaña de velocidad, sino de claridad. Cuando una idea encuentra su forma, todo fluye. Me levantaba cada mañana con las escenas que ya había escrito en otro contexto reubicadas en la nueva situación, diálogos que se escribían solos, situaciones que pedían ser contadas.

No hubo bloqueo creativo, porque ya tenía el material base. Fue más bien un trabajo de reordenar, pulir, y dejar que los personajes respiraran en su nuevo entorno. Al final de la segunda semana, tenía una versión completa, lista para ser leída en voz alta.

Fuera de cobertura no es solo una obra sobre un apagón. Es una historia sobre lo que ocurre cuando se apagan las pantallas y se encienden las miradas. Sobre cómo el silencio puede ser más elocuente que cualquier mensaje de texto. Sobre cómo, en la ausencia de tecnología, la humanidad encuentra nuevas formas de comunicarse.

Nil e Iris ya no son solo dos jóvenes que se conocen en circunstancias excepcionales. Son el reflejo de todos nosotros, buscando sentido en medio del desconcierto, encontrando belleza en lo inesperado.

A veces, las historias necesitan tiempo para madurar. Otras veces, necesitan una chispa externa que las encienda. En mi caso, fue el apagón. Un momento de desconexión que me permitió reconectar con una idea olvidada, y transformarla en algo vivo.

Escribir en 15 días fue posible porque llevaba mucho más tiempo gestando la historia. Porque el mundo me ofreció el escenario perfecto. Y porque, cuando la inspiración llega, hay que aprovecharla al máximo.

Gracias al apoyo de Libros Soñados, y su buen trabajo de corrección, fue posible un texto limpio y una portada en tiempo récord. 

lunes, 11 de agosto de 2025

RESEÑA - CARONTE: UNA VIDA POR UN PEAJE

DE ANTONIO J. AGUIRRE VICENTE

Cuando terminé Caronte: Una vida por un peaje, me quedé unos minutos en silencio, procesando lo que acababa de leer. No es habitual que una novela negra me deje con el corazón acelerado y la mente dando vueltas, pero Antonio J. Aguirre lo ha conseguido. Desde la primera página, me atrapó con una trama original, diferente a lo que suelo encontrar en el género, y no me soltó hasta el último párrafo, que fue sencillamente de infarto.

Lo que más me ha gustado, sin duda, es la construcción de los personajes. La brigada de homicidios que protagoniza la historia está formada por un grupo de policías que no son ni héroes ni villanos, sino seres humanos complejos, con sus luces y sus sombras. Aguirre no cae en el cliché del detective atormentado sin más, sino que nos presenta a cada miembro del equipo con una profundidad que me hizo empatizar, cuestionar y admirar a partes iguales. Hay momentos en los que sus decisiones me incomodaron, y otros en los que me parecieron brillantes. Esa ambigüedad moral, tan bien trabajada, le da a la novela una riqueza que pocas veces encuentro.

La historia en sí es un viaje. Comienza con fuerza, pero lejos de estancarse, va creciendo, evolucionando, dando giros inesperados que me obligaban a seguir leyendo. Cada capítulo me dejaba con ganas de más, y hubo noches en las que me prometí “solo uno más” y acabé leyendo tres o cuatro. Aguirre sabe cómo dosificar la tensión, cómo sembrar pistas sin que sean obvias, y cómo construir un clímax que realmente merece ese nombre. El final, sin exagerar, me dejó sin aliento. Trepidante, sorprendente y perfectamente hilado con todo lo anterior.

Otro aspecto que me ha encantado es la ambientación. La geografía almeriense no es solo un telón de fondo, sino casi un personaje más. Aguirre describe los paisajes, las calles, la atmósfera de Almería y lugares de alrededor con una precisión y una sensibilidad que me hicieron sentir que estaba allí. No es fácil lograr que el lector se sienta inmerso en un lugar, pero él lo consigue con una naturalidad que me ha fascinado. La ciudad y sus alrededores se convierten en parte esencial de la historia, y eso le da una autenticidad que se agradece.

En resumen, Caronte: Una vida por un peaje es una novela negra que recomiendo sin dudar a cualquier amante del género. Tiene todos los ingredientes: una trama original, personajes complejos, tensión narrativa, giros inesperados y un final que no decepciona. Pero además, tiene algo más: una voz propia, una mirada distinta, y una capacidad para sorprender que la convierte en una lectura imprescindible.

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viernes, 8 de agosto de 2025

RAYOS, TRUENOS Y CENTELLAS

 DE JOSÉ LUIS GUERRERO CARNICERO

Rayos, Truenos y Centellas
 es una joya literaria que brilla con intensidad en el firmamento de la narrativa breve. José Luís Guerrero Carnicero, con una pluma magistral, precisa y profundamente evocadora, nos entrega una antología de relatos y microrrelatos que no solo entretienen, sino que conmueven, inquietan y dejan una huella duradera en la memoria del lector.

Me ha llamado poderosamente la atención cómo, desde la primera página, Guerrero demuestra un dominio absoluto del lenguaje: cada palabra está cuidadosamente elegida, cada frase construida con una cadencia que revela oficio y sensibilidad. No hay espacio para lo superfluo: en este volumen, cada historia es una chispa que enciende la imaginación, una centella que ilumina rincones insospechados del alma humana. Y no solo eso, sorprende con giros inesperados

Lo que hace de esta antología una experiencia tan rica es la diversidad de sus relatos. Guerrero nos lleva por caminos sorprendentes: desde lo sobrenatural hasta lo cotidiano, desde lo tierno hasta lo inquietante. Hay historias que parecen susurradas desde el más allá, otras que retratan con delicadeza la fragilidad de las relaciones humanas, y algunas que estallan con giros inesperados que dejan al lector sin aliento, aunque el relato esté constituido por dos únicos párrafos. Esto, sin duda, es maestría pura.

Cada relato, por breve que sea, está impregnado de una atmósfera única. Algunos evocan la melancolía de lo perdido, otros celebran la maravilla de lo improbable. Hay un equilibrio perfecto entre lo fantástico y lo real, entre lo íntimo y lo universal. Guerrero no teme explorar emociones complejas ni situaciones límite, y lo hace con una elegancia narrativa que nunca cae en el exceso ni en la afectación.

Además, hay una clara intención de jugar con el lector, de invitarlo a completar los significados, a leer entre líneas y volver a entrar en cada historia. Esta complicidad convierte la lectura en una experiencia activa, casi lúdica, donde cada interpretación es válida y cada relectura revela nuevos matices.

Rayos, Truenos y Centellas no es un libro que se lea una sola vez. Es un volumen que invita a ser redescubierto, a ser saboreado en distintos momentos, bajo diferentes estados de ánimo. Cada regreso a sus páginas ofrece nuevas revelaciones, nuevas emociones. Es, en definitiva, un libro que crece con el lector.

José Luís Guerrero Carnicero ha creado una antología memorable. Su escritura es un regalo para quienes aman la literatura breve, y Rayos, Truenos y Centellas se consolida como una obra imprescindible en el panorama contemporáneo. Un libro para atesorar, releer y recomendar sin reservas.

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miércoles, 30 de julio de 2025

CÓMO CONVERTIRTE EN UNA MUJER DE ALTO VALOR

 DE EVELINE PETERMANN


En Cómo convertirte en una mujer de alto valor, Eveline Petermann nos invita a reflexionar sobre una problemática contemporánea que afecta profundamente la autoestima y el desarrollo personal de las mujeres: el impacto tóxico de los estándares irreales creados por los medios sociales. 

Lejos de ser un ensayo superficial, el libro se convierte en un espejo crítico de nuestra cultura visual, y al mismo tiempo en una herramienta transformadora para quienes buscan liberarse de esos moldes prefabricados. 

Petermann aborda el tema con una agudeza casi quirúrgica. No solo señala cómo las redes sociales han distorsionado el concepto de valor personal en las mujeres —promoviendo una imagen estandarizada basada en estética, estatus y aprobación externa— sino que también desenmascara las causas detrás de este fenómeno. El análisis va más allá del maquillaje y el algoritmo: explora el condicionamiento social, la presión por la perfección y cómo esta narrativa afecta no solo a las mujeres, sino también a los hombres que comparten la vida con ellas.

A diferencia de otros textos con enfoque exclusivamente femenino, Eveline ofrece un marco inclusivo y empático. Reconoce que los hombres también se ven arrastrados por esta vorágine de expectativas, al tener que lidiar con su propia imagen pública y, a menudo, con la frustración de no poder conectar con mujeres que se sienten obligadas a mostrarse como escaparates más que como personas auténticas. Este enfoque equitativo convierte la obra en un recursovalioso para parejas que desean construir vínculos basados en el respeto, la autenticidad y el crecimiento mutuo.

Lo más poderoso del libro es que no se queda en la crítica. Petermann proporciona herramientas concretas y accesibles para que las mujeres reconecten con su identidad verdadera. Desde ejercicios de reflexión hasta estrategias cotidianas para reenfocar su autoestima, cada capítulo ofrece claves para gestionar la influencia de los medios sin sucumbir a sus expectativas. Ya sea que la lectora quiera formar una familia, cultivar una relación sana o simplemente vivir en plenitud consigo misma, el libro la acompaña con calidez y firmeza.

Este libro no solo debe estar en la mesita de noche de cada mujer que quiere dar valor a su autenticidad. También merece estar en las manos de hombres que deseen entender, acompañar y potenciar a las mujeres que aman. Petermann logra el equilibrio entre análisis profundo, sensibilidad social y soluciones reales, convirtiendo su obra en un llamado a vivir desde el valor interno, no desde el reflejo impostado de una selfie.

Una lectura que, sin lugar a dudas, deja huella.

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lunes, 28 de julio de 2025

EL ASCENSOR

 DE ANA SÁNCHEZ BES

Ana Sánchez Bes nos regala un thriller que arranca como un vendaval y no suelta al lector hasta la última página. El ascensor es una de esas novelas que se leen con el corazón acelerado y los ojos en alerta, atrapados en una trama donde cada capítulo parece disparar una nueva pregunta y donde las respuestas nunca vienen solas. No voy a desvelar nada sobre la trama (que podréis leer en la sinopsis), sino preparar a quien esté leyendo esta reseña para lo que se le avecina si comienza a leerlo.

Desde el primer capítulo, la autora despliega una escena cargada de tensión, misterio e incertidumbre, con personajes que irrumpen en la historia como piezas de un puzle aún por descifrar. La acción se desarrolla con un ritmo cinematográfico: rápido, visual, lleno de cortes bruscos y giros que obligan a releer párrafos para asimilar lo que acaba de suceder. El ascensor, que da título a la obra, se convierte en un escenario simbólico y físico donde se concentran muchos de los momentos más inquietantes y reveladores.

La prosa de Sánchez Bes es limpia, eficaz y sin florituras innecesarias. Su estilo accesible permite que la historia fluya con naturalidad, sin perder profundidad ni carácter. Cada frase está pensada para empujar al lector a seguir leyendo, como si se tratara de una secuencia de suspense bien editada. Esta sencillez no resta complejidad al relato, sino que lo hace más cercano, más intenso y más real.

Uno de los grandes aciertos de la novela es su capacidad para sorprender. Los giros narrativos llegan sin previo aviso y cambian el rumbo emocional de la historia con gran habilidad. No hay concesiones para lo predecible: lo que parece obvio se disuelve en la siguiente página. Y el desenlace, lejos de ser una resolución convencional, consigue dejar al lector reflexionando sobre lo leído, con esa mezcla de asombro y satisfacción que solo los buenos thrillers provocan.

El ascensor no es solo una novela de misterio. Es una experiencia inmersiva que juega con la percepción, que descoloca y atrapa. Ideal para quienes disfrutan de historias llenas de tensión, personajes ambiguos y atmósferas cargadas de inquietud. Si te gustan las tramas que no te dejan respirar, este libro es para ti.

Ana Sánchez Bes demuestra una vez más que el thriller, cuando se escribe con inteligencia y ritmo, puede ser arte. El ascensor es prueba de ello: una obra que no solo entretiene, sino que deja una huella indeleble en la memoria del lector.

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viernes, 25 de julio de 2025

LA QUIMERA DE EIDYN

DE F. MARADEI

En medio del panorama, muchas veces convencional, de la fantasía actual, La quimera de Eidyn de F. Maradei se alza como una propuesta sorprendente y profundamente original. Esta novela no se limita a seguir las reglas del género: las desafía con audacia, llevando al lector a un universo de fantasía oscura donde confluyen la magia, el misterio y una carga emocional intensa. Maradei demuestra una ambición narrativa notable al entrelazar las convenciones clásicas de la fantasía con una mirada contemporánea y sensible que dota a la obra de una identidad propia y poderosa.

En el centro de la historia se encuentra Nótt, una protagonista indomable que simboliza tanto la rebeldía como la fortaleza interior. Nótt se niega a acatar las normas impuestas. Para ella, el bosque de Huldrefolk —temido por todos— representa un refugio, un lugar donde puede conectar con aquello que la sociedad prefiere ignorar. Su negativa a participar en rituales de purificación religiosa y su conexión con lo prohibido la convierten en una figura incómoda y desafiante, pero también profundamente humana. La pérdida de un ser querido actúa como detonante de una travesía que la lleva más allá de lo físico, enfrentándola con preguntas existenciales sobre el alma, la vida y la muerte.

El universo que construye Maradei no es solo un entorno narrativo: es una entidad viva, sublimemente bien orquestada y cargada de significado. Me ha gustado como la autora nos presenta el muro que separa la Ciudad de Luz del mundo exterior com un símbolo de ruptura espiritual y una ceguera voluntaria. Las estatuas de los Kvasir, espíritus ancestrales del bosque, y las estrictas reglas impuestas sobre la vida y la muerte, generan una tensión constante entre lo sagrado y lo prohibido. Todo en este mundo está imbuido de un simbolismo inquietante que acentúa la atmósfera densa y enigmática que acompaña la trayectoria de Nótt. 

Uno de los grandes aciertos de la novela es su prosa: elegante, precisa y cargada de lirismo sin caer en lo grandilocuente. Eso, es algo bastante difícil de conseguir, pero Maradei hace parecer que sea fácil, pues maneja el ritmo narrativo con soltura, sabiendo cuándo detenerse en los momentos de introspección y cuándo empujar la historia con intensidad. La alternancia entre escenas contemplativas y episodios cargados de acción mantiene al lector en vilo, logrando un equilibrio que potencia tanto la dimensión emocional como la aventura épica de la trama.

Aunque el libro está poblado de criaturas, objetos y antiguos saberes mágicos, su esencia es profundamente humana. El duelo, la fe, la búsqueda de identidad y la lucha contra uno mismo atraviesan la historia con honestidad y profundidad. Esto no suele darse mucho en este género y hace que la novela sea original. Nótt no solo se enfrenta a los peligros del mundo exterior, sino también a sus propias sombras, heridas y convicciones. Esta dimensión íntima es la que convierte a La quimera de Eidyn en una experiencia transformadora, que interpela al lector más allá de su ambientación fantástica.

En definitiva, La quimera de Eidyn confirma a F. Maradei como una voz potente dentro de la literatura fantástica contemporánea. Es una novela que cautivará tanto a los seguidores del género como a quienes buscan historias con corazón, capaces de dejar una marca duradera. Una obra que invita a cuestionar lo establecido, a abrazar lo desconocido y a descubrir que la verdadera magia tal vez esté en aquello que nos obliga a mirar hacia dentro. Una lectura imprescindible, tan inquietante como luminosa.

Sin duda alguna, voy a leer más novelas de Maradei.

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FUERA DE COBERTURA

 DE RAÚL REYES

Una ciudad a oscuras. Dos desconocidos. Veinticuatro horas para encontrarse... y cambiarlo todo.

El 28 de abril de 2025, un gran apagón paraliza España. Sin redes, sin móviles, sin excusas. Iris, una diseñadora gráfica atrapada en una vida que ya no siente suya, y Nil, un técnico informático que regresó a Terrassa (Barcelona) tras una decepción amorosa, se cruzan por azar en un día sin electricidad… pero lleno de conexión.

Lo que empieza como un encuentro fortuito se convierte en una jornada intensa donde las máscaras caen, las heridas se abren y las emociones fluyen sin filtros. Entre risas, silencios compartidos, confesiones inesperadas y, más tarde, una noche en penumbra, ambos descubren que a veces solo hace falta un apagón para ver con claridad.

Pero cuando las luces regresan, ¿qué quedará de lo que compartieron? ¿Pueden veinticuatro horas cambiar el rumbo de una vida?


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lunes, 21 de julio de 2025

UNA BOYA PARA AHOGARTE

 DE ADOLFINA ALCAÑIZ

Adolfina Alcañiz firma con Una boya para ahogarte un thriller policíaco lleno de tensión narrativa, giros inesperados y una atmósfera cargada de secretos. La novela nos introduce de lleno en la investigación liderada por la inspectora Elvira, una protagonista que rápidamente se gana la complicidad del lector por su mezcla de inteligencia, humanidad y determinación. La desaparición de una joven, que parece al inicio un caso aislado, se cruza con el asesinato del famoso futbolista Lorenzo Stran, y lo que comienza siendo una pesquisa convencional, pronto revela capas mucho más profundas.

Elvira no es una heroína idealizada, sino una mujer astuta, con sus propias contradicciones, que investiga desde la intuición y la experiencia, pero también desde la empatía. A medida que avanza la investigación, se convierte en una suerte de brújula moral dentro de un entorno donde todos esconden algo. Su evolución emocional da cuerpo a la trama y permite que el lector se sienta implicado no sólo por lo que ocurre, sino por cómo lo vive ella.

Uno de los mayores logros de Alcañiz en esta novela es cómo construye la sensación de que nada es lo que parece. El lector acompaña a Elvira paso a paso, pero incluso ella parece ir a ciegas frente a un caso que se revela cada vez más inquietante. La autora sabe sembrar pistas, introducir personajes secundarios que añaden ambigüedad y misterio, y plantear interrogantes cuya resolución no se precipita, sino que se dosifica con inteligencia.

A pesar de lo intrincado del caso, la autora logra exponer los hechos de manera clara y ordenada, sin sacrificar el suspense. La tensión se mantiene hasta la última página, en parte gracias a la escritura directa y precisa, que evita adornos innecesarios y prioriza el ritmo. Alcañiz juega con el lector, lo descoloca, pero también lo guía con maestría por un laberinto emocional y criminal que tiene resonancias sociales más profundas.

El desenlace deja intencionadamente espacio para una posible continuación. Más que una falta de resolución, se trata de una invitación a seguir acompañando a Elvira en sus futuros desafíos. El final abierto funciona como un guiño al lector, que queda con ganas de saber más y de volver a sumergirse en el universo que Alcañiz ha construido con tanto acierto.

Una boya para ahogarte no es solo un thriller eficaz; es una exploración sutil de las verdades ocultas, del poder, la corrupción, y de lo que ocurre cuando el mal se camufla bajo la apariencia de normalidad. Con una protagonista tan rica en matices como Elvira y una trama que atrapa sin concesiones, esta novela se consolida como una lectura obligada para los amantes del género. Adolfina Alcañiz demuestra que no hace falta estridencia para inquietar: basta con saber mirar debajo de la superficie.

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viernes, 11 de julio de 2025

LA SOLEDAD DE ESE INSTANTE FUGITIVO

DE HELLEN CROSS


En La soledad de ese instante fugitivo, Hellen Cross construye una narración que va ganando fuerza a cada capítulo. Lo que arranca como una exploración íntima pronto se convierte en una pesquisa intensa, donde los secretos familiares salen a la luz con una precisión casi quirúrgica. La autora maneja el ritmo con destreza, soltando cada dato en el momento justo, y manteniendo al lector atrapado mientras cada revelación desvela nuevas capas de misterio y emoción.

Los personajes están delineados con una delicadeza que permite conectar con sus emociones y dilemas. Mayka, la protagonista, arrastra el peso del legado paterno y el enigma de la desaparición de su abuela Carmen. Su recorrido interior resulta profundamente humano y conmovedor. Tony, el inquilino que se convierte en su aliado en la investigación, equilibra la balanza narrativa: ella es pura intuición; él, mente analítica. Juntos, su relación aporta no solo tensión narrativa, sino también una complicidad cálida que añade profundidad emocional a la historia.

En contraste, los antagonistas destacan por su dureza: figuras que representan el abuso de poder, la ambición sin freno y la manipulación de la verdad. Su presencia refuerza el conflicto central y da cuerpo al trasfondo ético y social de la novela.

El misterio que envuelve la desaparición de Carmen, la abuela de Mayka, durante la dictadura franquista, vertebra toda la trama. Al sumergirse en la memoria familiar, la protagonista se enfrenta a una verdad histórica silenciada, marcada por la represión, el dolor y el miedo. Lejos de ser un simple decorado, el contexto histórico se convierte en motor narrativo y en eje de reflexión política y social.

La prosa de Cross es ágil, clara y cargada de sensibilidad. Sin recurrir a adornos innecesarios, consigue transmitir emociones complejas con autenticidad. Su estilo invita a una lectura fluida y cercana, que envuelve al lector hasta hacerlo partícipe de cada descubrimiento.

El final, tan inesperado como conmovedor, huye de los lugares comunes. Es un desenlace valiente, que encaja perfectamente con la intensidad del relato y deja una impresión duradera. De esos que obligan a cerrar el libro y permanecer en silencio, digiriendo lo vivido.

Esta obra es especialmente recomendable para quienes disfrutan de la novela histórica con elementos de intriga. Si te atraen los relatos que entrelazan memoria, drama familiar y crítica social, La soledad de ese instante fugitivo es una lectura indispensable. Hellen Cross firma una historia que emociona, remueve y atrapa por igual.

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miércoles, 2 de julio de 2025

EL CAMIONERO QUE LEÍA A BORGES

 DE RAMON GALLART


En El camionero que leía a Borges, Ramon Gallart nos entrega una obra profundamente humana, un relato entrañable que transita con delicadeza los caminos de la vejez, la memoria y las segundas oportunidades. A través del diario personal de Gabriel, un transportista jubilado que se enfrenta al vértigo del tiempo libre y a la ausencia de su esposa fallecida, Gallart construye un retrato íntimo y conmovedor del alma humana en su momento más vulnerable.

Gabriel es un hombre marcado por los kilómetros recorridos en soledad, por las madrugadas de carretera y por una vida que, sin que él lo supiera, tuvo un impacto mayor en los suyos de lo que se atrevió a reconocer. El diario que escribe es su refugio, pero también su espejo. Allí vuelca reflexiones, recuerdos y preguntas sin respuesta. A pesar de su aparente rudeza, descubrimos a un hombre sensible, lleno de culpa, ternura y amor no siempre bien expresado.

El hallazgo de Borges como compañero de lectura se convierte en una metáfora poderosa: el hombre de la carretera se abre a la introspección, al laberinto de la palabra. Esta fusión de mundos —el realismo cotidiano de Gabriel y la literatura filosófica y precisa de Borges— no solo enriquece la historia, sino que la eleva hacia territorios literarios de gran profundidad emocional.

Uno de los grandes aciertos de Gallart es su forma de narrar: su prosa es clara, cálida y sin artificios innecesarios. Atrapa desde la primera página no por su ritmo vertiginoso, sino por la honestidad de sus personajes. No hay giros sorprendentes ni dramas exagerados, sino la vida tal como es: compleja, contradictoria, pero siempre digna de ser vivida.

Los temas que recorre la novela—el envejecimiento, la relación entre padres e hijos, el peso de las decisiones pasadas, la posibilidad de redención—son tratados con respeto y profundidad. A través de Gabriel, muchos lectores podrán reconocerse, o reconocer a sus padres, a sus abuelos, a esas figuras masculinas que crecieron creyendo que el amor se demuestra con silencios, que la ternura es una debilidad.

El camionero que leía a Borges emociona sin caer en sentimentalismos. Tiene la capacidad de acariciar al lector, de hacerlo reflexionar sobre sus propias relaciones, sobre el perdón, sobre lo que queda por vivir. La figura de Gabriel se queda con nosotros mucho después de cerrar el libro, como un viejo amigo que, al fin, se ha atrevido a contarnos su historia.

Ramon Gallart logra con esta novela lo que todo escritor anhela: conmover, iluminar y recordar que nunca es tarde para leer, para amar y, sobre todo, para intentar ser mejores.

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miércoles, 25 de junio de 2025

RESEÑA - CON NUESTRAS PROPIAS MANOS

 DE JUANA MATEOS BLÁZQUEZ

Con nuestras propias manos, de Juana Mateos Blázquez, es una novela delicada, sutilmente provocadora y profundamente conmovedora, que se adentra en la mirada limpia de una niña que, sin pretenderlo, nos obliga a reevaluar nuestras propias certezas sobre la vida moderna. La protagonista, Marta, es una niña de casi nueve años que se convierte, de forma natural y sin artificios, en la voz narrativa de una historia aparentemente sencilla pero emocionalmente poderosa.

Lo que distingue a este libro es la autenticidad con la que Mateos Blázquez construye a Marta: su voz no está infantilizada ni sobredimensionada; está calibrada con ternura y realismo, haciendo que el lector conecte de inmediato con su manera de interpretar el mundo. Marta empieza a notar diferencias entre su día a día familiar y el de sus compañeros, especialmente con Sergio, su vecino. Estas comparaciones no se presentan con dramatismo, sino con la lógica ingenua y espontánea que solo una niña puede ofrecer. Y es ahí donde reside la fuerza narrativa del libro: en la capacidad de mostrar, sin juzgar, cómo nuestras formas de vida se han ido llenando de artificios innecesarios.

La historia avanza a través de pequeñas escenas cotidianas que permiten al lector percibir las diferencias entre el estilo de vida de Marta y el de su entorno. La familia de Marta, alejada del consumo compulsivo, del exceso de tecnología y de la necesidad de tener “lo último”, se convierte en un espejo incómodo, incluso revelador, para quienes viven atrapados en dinámicas sociales automatizadas.

Juana Mateos Blázquez demuestra una habilidad narrativa especial: logra que su historia funcione en múltiples niveles. Para el lector infantil, es una aventura íntima narrada por una protagonista entrañable con la que es fácil identificarse. Para el adulto, es una llamada al corazón, una invitación a cuestionar hábitos y creencias asumidas. La autora consigue esto sin moralizar, sin imponer su visión, sino dejándonos habitar el mundo de Marta para que podamos sacar nuestras propias conclusiones.

El mensaje central del libro, “menos es más”, no es una consigna vacía, sino una premisa explorada con profundidad emocional y estética. No hacen falta grandes regalos ni lujos para construir un hogar lleno de sentido. Basta con tiempo compartido, palabras sinceras y, como el título sugiere, cosas hechas con nuestras propias manos. Ese enfoque artesanal de la vida, donde lo simple se valora y lo cotidiano se celebra, es lo que otorga a esta obra un lugar especial en la literatura contemporánea para todas las edades.

Con nuestras propias manos no solo entretiene, también interpela. Y al cerrar el libro, no solo recordamos a Marta: nos quedamos con una sensación persistente de que, tal vez, haya otra manera de vivir. Una más lenta. Más consciente. Más nuestra.

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domingo, 22 de junio de 2025

RESEÑA - SUSURRO EN SILENCIO: DUELO PERINATAL

 DE JANE GREY


Susurro en silencio: Duelo perinatal,
escrito por Jane Grey, es una obra profundamente íntima y conmovedora que se sumerge en una de las experiencias más dolorosas y silenciadas que puede atravesar una mujer: la pérdida de un hijo durante el embarazo o poco después del nacimiento. Desde la primera página, la autora nos invita a adentrarnos en un viaje emocional narrado desde sus propias vivencias, con una honestidad descarnada y una sensibilidad que desarma.

Lo que hace único este libro no es solo el tema que aborda, sino la forma en que lo aborda. Grey no teoriza, no se distancia; más bien, nos toma de la mano y nos lleva al epicentro de su dolor. A través de una prosa delicada, cuidada hasta en los silencios, Jane comparte no solo lo que vivió, sino cómo lo sintió: el desconcierto, la rabia, el vacío, la culpa, y, finalmente, el lento y tortuoso camino hacia la aceptación. Su escritura tiene ese raro poder de transfigurar el sufrimiento en belleza, y de convertir lo inenarrable en palabra.

Uno de los aciertos más poderosos del libro es que no intenta ofrecer respuestas fáciles ni consuelos superficiales. Al contrario, desmantela esas frases hechas que a menudo se utilizan, con buena intención, pero sin comprensión, como “todo pasa por algo” o “ya vendrán tiempos mejores”. En su lugar, Grey aboga por el respeto al duelo, por la necesidad de nombrar la pérdida, de darle un espacio real y legítimo en la vida de las mujeres y sus entornos. A lo largo de sus páginas, el lector aprende que acompañar en el dolor no requiere soluciones, sino presencia.

Otro aspecto valioso de Susurro en silencio es su capacidad para trascender el testimonio personal y convertirse en un recurso útil, incluso terapéutico. Para quienes han vivido una experiencia similar, puede actuar como espejo, como validación de emociones que muchas veces se viven en soledad o bajo el peso del tabú. Para quienes no han pasado por ello, se convierte en una herramienta de empatía, un manual sincero sobre cómo estar presentes sin invadir, cómo abrazar sin palabras.

El libro también incluye reflexiones profundas sobre el vínculo con el hijo perdido, sobre los cambios en la identidad materna, y sobre el lugar del duelo perinatal en nuestra cultura. A través de estas reflexiones, la autora interpela no solo al lector como individuo, sino también a una sociedad que aún no ha aprendido a nombrar este tipo de pérdidas ni a cuidar a quienes las padecen.

En resumen, Susurro en silencio es un texto necesario. No solo por su valor literario, que es alto, sino por su capacidad de abrir espacios de comprensión y humanidad. Jane Grey ha escrito mucho más que un libro sobre la pérdida: ha construido un puente entre el silencio y la palabra, entre el duelo y la vida que sigue. Un susurro que, paradójicamente, resuena con fuerza en el corazón de quien lo lee.

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martes, 17 de junio de 2025

RESEÑA - LA FELICIDAD TIENE INSCRITO TU NOMBRE

DE MARINA FERNÁNDEZ REDONDO

La felicidad tiene inscrito tu nombre, de Marina Fernández Redondo, es una novela juvenil que se adentra con gran sensibilidad y honestidad en el complejo universo emocional de la adolescencia. A través de la voz de Elisabet, su protagonista, la autora construye una historia íntima, cercana y auténtica que no busca aleccionar, sino reflejar. Cada página destila empatía, comprensión y una profunda humanidad.

Elisabet, como tantos adolescentes, transita por un torbellino de emociones: dudas existenciales, inseguridades, el miedo al rechazo, la incomprensión del entorno, y ese deseo latente de ser uno mismo en un mundo que muchas veces impone máscaras. La manera en que Marina Fernández Redondo plasma todos estos sentimientos resulta admirable. No hay dramatismos exagerados ni soluciones mágicas. Todo se desarrolla con un tono natural, verosímil, que atrapa precisamente porque el lector puede verse reflejado, o recordar con nitidez sus propios años adolescentes.

Uno de los grandes aciertos de esta novela es su estructura en forma de diario. La inclusión de fechas no solo aporta verosimilitud y dinamismo, sino que permite al lector acompañar el crecimiento y los altibajos emocionales de Elisabet con una cercanía casi confesional. Es como si estuviéramos leyendo las páginas más íntimas de su mente, lo que genera una conexión poderosa y genuina.

Los personajes secundarios, lejos de ser meros acompañantes, están construidos con igual cuidado y profundidad. Álex, con su ternura contenida; Anne, siempre firme como roca en los momentos importantes; y Beatrix, tan llena de matices, no solo enriquecen la trama, sino que actúan como espejos y contrastes que permiten al lector comprender mejor a Elisabet. Cada uno aporta una perspectiva diferente sobre las relaciones humanas, la amistad, y la búsqueda de la felicidad.

El estilo narrativo es ágil y envolvente. Marina Fernández Redondo emplea un lenguaje claro, juvenil pero cuidado, con una sensibilidad especial para describir emociones sin necesidad de grandes artificios. Sabe cuándo detenerse en un detalle y cuándo dejar que sea el lector quien complete con su propia experiencia emocional lo que queda entre líneas.

Esta novela no es solo una historia sobre crecer, sino también sobre aprender a mirar hacia dentro, abrazar la vulnerabilidad y atreverse a sentir con intensidad. Es un viaje tierno y realista al corazón de la adolescencia, contado con respeto, sin juicios y con la intención de acompañar, no de adoctrinar. En un tiempo donde muchas veces se banalizan los sentimientos juveniles, esta novela llega como un soplo de aire fresco, recordándonos que cada emoción importa, que cada nombre tiene una historia, y que, quizás, la felicidad comienza por atreverse a nombrarla.  

Una lectura recomendable tanto para adolescentes como para adultos que quieran volver a asomarse, con cariño y sin nostalgia empalagosa, a aquella etapa vital que tantos aprendizajes deja.

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domingo, 15 de junio de 2025

ENTREVISTA A JEANNETTE SÁNCHEZ GÓMEZ


RAÚL REYES:
¿Cómo te iniciaste en el mundo de la escritura?

JEANNETTE: Comencé a los 5 años, escribiendo poesía, siendo este mi mejor género.

RAÚL REYES: ¿Quiénes son tus principales influencias literarias y por qué?

JEANNETTE: Javier Castillo aunque el que me despertó el amor por la literatura romántica ha sido Federico Moccia con su novela Perdona si te llamo amor.

RAÚL REYES: ¿Cómo describirías tu proceso creativo?

JEANNETTE: He ido evolucionando, mis primeros libros no tenían una buena edición, con el paso del tiempo, he ido mejorando y descubriendo que, a pesar de querer expresar en narrativa, la poesía es, sin duda, mi mejor arma.

RAÚL REYES: ¿Tienes alguna rutina para escribir?

JEANNETTE: Siempre llevo un papel y un boli, porque en los sitios más inexplicables aparece la inspiración.

RAÚL REYES: ¿En qué te inspiras para crear tus historias?

JEANNETTE: En mis abuelos, que son mi referente romántico, y en los atardeceres y en el amor a mí misma.

RAÚL REYES: ¿Qué libros has publicado hasta la fecha?

JEANNETTE: He publicado 4 libros. Una trilogía a favor de la Asociación Oncológica Extremeña y otro libro a partes iguales cuyos beneficios se reparten entre Aoex y Adiscagua, una asociación de personas con discapacidad.


RAÚL REYES: ¿Cuál consideras que ha sido tu mayor reto como escritora?

JEANNETTE: Escribir un libro con 200 relatos románticos.

RAÚL REYES: ¿Cómo te enfrentas a la página en blanco y a la falta de inspiración?

JEANNETTE: Es frustrante, pero también forma parte de la carrera literaria. Todos en nuestra vida nos enfrentamos a obstáculos.

RAÚL REYES: ¿Tienes algún método para trabajar la trama y los personajes?

JEANNETTE: Si, defino como voy a explicar y analizo cada persona en profundidad para que estén interrelacionados

RAÚL REYES: ¿Cuál ha sido tu obra favorita hasta el momento y por qué?


JEANNETTE: No tengo una obra favorita, cada libro te adentra en un mundo diferente.

RAÚL REYES: ¿Prefieres escribir un primer borrador a mano o en tu ordenador?

JEANNETTE: Prefiero escribirlo a ordenador, juntando cada trozo que he analizado anteriormente.

RAÚL REYES: ¿Qué consejos le darías a alguien que quiere empezar a escribir?

JEANNETTE: Que luche para conseguirlo, que es un camino duro pero que merece la pena, que nadie diga que algo no se puede conseguir.

RAÚL REYES: ¿Qué piensas que hace a una buena historia?

JEANNETTE: Que el escritor exprese sus sentimientos.

RAÚL REYES: ¿Qué cambios has visto en la industria editorial en los últimos años?

JEANNETTE: Se utiliza mucho más los ebooks que los libros en papel.

RAÚL REYES: ¿Cuál es tu opinión sobre los talleres de escritura y los cursos de escritura creativa?

JEANNETTE: Me encantan, creo que son de las mejores cosas de ser escritor, aprender a escribir, formarse y conocer a gente maravillosa es una experiencia única.

RAÚL REYES: ¿Qué opinas sobre el impacto de la tecnología en el mundo de la escritura y la lectura? ¿Has usado algún tipo de software para estilo, corrección y/o redacción? ¿Por qué?/¿Por qué no?

JEANNETTE: Yo no utilizo nada, ya que a pesar de ser innovadora, las nuevas tecnologías requieren de mucha formación para ello, es cierto que alguna vez he tenido que utilizar el chat GPT para  corregir.

RAÚL REYES: ¿Qué opinas sobre la autopublicación?

JEANNETTE: Es cierto que es una inversión más baja que en las editoriales, sobre todo si estás empezando, Amazon ofrece multitud de posibilidades, aunque es cierto que debes conocer muy bien el marketing para darte a conocer.

RAÚL REYES: ¿Has tenido experiencia con editores y publicación con editoriales? Cuéntame qué te ha parecido esta experiencia.

JEANNETTE: Una editorial se interesó en mi libro, pero es cierto que la inversión de dinero al ser libros donados imposibilita el poderlo realizar. No descarto, en un futuro, hacerlo a través de una editorial.

RAÚL REYES: ¿Tienes futuros proyectos literarios de los que me puedas hablar?

JEANNETTE: Sí, sacaré un libro de 200 relatos románticos, con una ilustración increíble para que se entienda.

RAÚL REYES: ¿Quieres añadir alguna cosa más?

JEANNETTE: "El escritor tiene el poder con su pluma de hacer soñar despierto a todo el que lo lee".


RESEÑA - UNA NOCHE DE SEPTIEMBRE Y UNAS FLORES AMARILLAS

DE ANA CASTELLAR

En Una noche de septiembre y unas flores amarillas, Ana Castellar nos ofrece mucho más que una historia de amor: presenta una novela profunda, que indaga en la complejidad de los vínculos humanos marcados por la memoria, los prejuicios y las heridas que el tiempo no siempre consigue sanar. Aunque el punto de partida pueda parecer el de una narración romántica, la autora va más allá de las convenciones del género para sumergirse en zonas emocionalmente densas y cargadas de verdad.

La protagonista, Arancha, es una mujer independiente, madre de una hija y con una vida que parece asentada, aunque en el fondo sigue atada a un pasado del que no ha logrado liberarse del todo. Su relación con Óscar, un policía viudo y padre de tres hijos, desencadena un torbellino de emociones y desafíos. Ambos deberán enfrentarse no solo a sus diferencias y cicatrices, sino también a una realidad en la que el pasado, especialmente el de Arancha vinculado al mundo de las drogas, amenaza con enturbiar cualquier posibilidad de construir algo nuevo.

La narrativa avanza con ritmo firme y contenido emocional. Castellar escribe con una claridad punzante: cada capítulo añade tensión, cada escena tiene peso, y nada sobra. Hay una intensidad honesta que atraviesa toda la novela, y que hace que el lector se sienta inmerso en la vida de los personajes, como si estos fueran personas de carne y hueso, con sus contradicciones y fragilidades.

Uno de los aspectos más destacados de la obra es la forma en que están delineados los personajes. Arancha y Óscar no son figuras idealizadas: son seres reales, llenos de dudas, temores y decisiones imperfectas. Esta autenticidad los vuelve cercanos y profundamente humanos. Los personajes secundarios, como la hija de Arancha o los hijos de Óscar, están igualmente bien construidos y aportan profundidad y dimensión al relato.

El desenlace merece una mención especial. Sin recurrir a fórmulas fáciles ni a dramatismos innecesarios, la autora propone un final coherente y cargado de emoción, que invita a reflexionar más allá de la última página. Es un cierre que respeta la verdad de los personajes y deja una sensación de esperanza.

En suma, Una noche de septiembre y unas flores amarillas es una novela que deja una marca. Nos recuerda que todos llevamos historias ocultas, que el amor verdadero requiere coraje y aceptación, y que incluso en los terrenos más áridos, algo puede florecer. Una obra conmovedora, sincera y profundamente humana.

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jueves, 12 de junio de 2025

RESEÑA - LLUVIA DE CÓNDORES

DE MYRIAM GARCÍA CARROMERO

Lluvia de cóndores: El fulgor que huyó, de Myriam García Carromero, es una obra que nos sumerge en el apasionante mundo del espionaje con una maestría digna de los grandes del género, como John Le Carré o Graham Greene.

La novela logra combinar los elementos clásicos del espionaje—agentes dobles, maniobras diplomáticas, política internacional y figuras históricas—con un enfoque humano y cercano que la distingue.

Uno de los aspectos más sobresalientes de la obra es su protagonista, Laurel/Isidora, una estudiante apasionada por la arquitectura cuya determinación y fortaleza la convierten en un personaje inolvidable. Carromero construye a Isidora con una profundidad admirable, otorgándole una complejidad psicológica que la aleja de los arquetipos tradicionales y la acerca más a una figura humana y real. Su inteligencia y capacidad de maniobra en un mundo dominado por el secretismo y la traición la consolidan como un personaje fuerte y empoderado, sin perder matices de vulnerabilidad que la hacen aún más creíble.

El ritmo narrativo es otro de los puntos fuertes de la novela. La autora mantiene una cadencia ágil, atrapando al lector desde las primeras páginas y llevándolo por una trama llena de giros inesperados y momentos de tensión. La acción es vibrante, pero equilibrada con pasajes de introspección que permiten comprender mejor las motivaciones de los personajes. Esto hace que la historia no solo sea emocionante, sino también reflexiva.

Otro elemento que destaca en la novela es la acertada manera en que Carromero sitúa la trama en ubicaciones cuidadosamente seleccionadas, donde la arquitectura juega un papel clave en la ambientación y el desarrollo de la historia. Los escenarios, desde imponentes embajadas hasta edificios históricos y urbanismo moderno, no solo sirven como telón de fondo, sino que también influyen en la manera en que los personajes se relacionan con su entorno y toman decisiones. Esta meticulosa integración de espacios arquitectónicos aporta una dimensión visual y realista que enriquece la experiencia del lector.

Asimismo, Carromero demuestra un gran talento para el humor refinado. A lo largo de la novela, intercala escenas que, sin restarle seriedad a la trama, aportan una dosis de ingenio y ligereza que enriquecen la lectura. Este manejo del tono es un rasgo distintivo de la autora, y es precisamente lo que convierte la obra en una experiencia tan disfrutable.

En definitiva, Lluvia de cóndores: El fulgor que huyó es una novela que logra lo que pocas en su género: mantener el suspenso sin sacrificar el desarrollo emocional de sus personajes, ofrecer acción sin caer en lo predecible, y dotar al relato de un humor sutil que complementa la trama sin desentonar. Es una lectura absorbente que se devora en pocas sesiones y deja al lector con una sensación de satisfacción difícil de encontrar en muchas novelas de espionaje contemporáneas.


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lunes, 9 de junio de 2025

RESEÑA - EL REFLEJO DEL BESO

 DE RENÉ ÁVILA

René Ávila nos invita a un viaje poético a través de El reflejo del beso, un poemario que captura la esencia del amor en sus múltiples facetas. Dividido en seis capítulos, el libro estructura sus poemas en distintas temáticas, permitiendo al lector explorar el amor desde la pasión y el deseo hasta la empatía y el cariño. Esta organización otorga una sensación de recorrido emocional, donde cada sección representa una etapa distinta de la vida y del amor.

Uno de los mayores logros de Ávila es su capacidad para emocionar al lector. Sus versos y lenguaje accesible, transmiten sentimientos profundos sin perder autenticidad. A través de imágenes evocadoras y metáforas delicadas, el autor logra que cada poema resuene en el corazón del lector, convirtiendo la lectura en una experiencia íntima y conmovedora. 

La universalidad de sus temas es otro de los puntos fuertes del poemario: cualquiera que haya experimentado el amor, el desamor o la nostalgia podrá identificarse con sus palabras.

Un aspecto particularmente interesante de El reflejo del beso es su tratamiento del amor propio. En un género donde predominan los versos dedicados al amor romántico, Ávila introduce una perspectiva novedosa al explorar la importancia de amarse a uno mismo. Este enfoque no solo añade profundidad al poemario, sino que también ofrece enseñanzas valiosas sobre la autoestima y el crecimiento personal. A través de sus versos, el autor nos recuerda que el amor no solo se encuentra en la conexión con los demás, sino también en la relación que construimos con nosotros mismos.

En definitiva, El reflejo del beso es un poemario que combina sensibilidad y reflexión, ofreciendo una lectura enriquecedora tanto a nivel emocional como intelectual. Con su estructura bien definida, su capacidad para emocionar y su mensaje sobre el amor propio, René Ávila nos entrega una obra que deja huella en el lector. 

Un libro para leer con el corazón abierto y dejarse llevar por la magia de sus versos.

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domingo, 8 de junio de 2025

RESEÑA - LA VIDA ES UN CHICLE DE MENTA

 DE JESSICA SANZ JIMÉNEZ

Jessica Sanz Jiménez me ha vuelto a cautivar con su nueva entrega. La vida es un chicle de menta, una continuación brillante de La vida no es un chicle de fresa. En esta segunda parte, la autora retoma a los entrañables personajes que ya me habían conquistado en la primera novela, pero los presenta desde una nueva perspectiva: han pasado los años, sus preocupaciones han cambiado, y la vida cotidiana ahora les plantea retos que antes ni imaginaban.

Uno de los grandes aciertos de Sanz es precisamente su capacidad para hacer que estos personajes evolucionen de manera natural y creíble. No se trata simplemente de un reencuentro con figuras queridas, sino de un verdadero crecimiento narrativo. Sus emociones, dilemas y decisiones reflejan la madurez adquirida con los años, y el lector no puede evitar sentirse identificado con ellos en algún momento de la historia.

La maestría de la autora se hace evidente en la variedad de registros que maneja a lo largo de la novela. Desde escenas tiernas que destilan nostalgia hasta momentos cargados de suspense que dejan al lector al borde de la página, La vida es un chicle de menta transita con soltura por distintos géneros sin perder su esencia ni la cohesión argumental. Hay pasajes profundamente emotivos que despiertan sentimientos genuinos, y otros que sorprenden por su humor afilado y desenfadado. Esta habilidad para generar emociones diversas y mantener el equilibrio entre ellas es, sin duda, una de las grandes virtudes de la autora.

Por otro lado, el estilo narrativo de Jessica Sanz sigue siendo impecable. Su prosa es fluida, envolvente y sumamente visual, lo que hace que cada escena cobre vida en la imaginación del lector. Además, sabe dosificar la información de manera que siempre mantiene la tensión en la historia, haciendo que sea casi imposible dejar el libro de lado. Su talento para el diálogo también es destacable: las conversaciones entre los personajes son naturales y reveladoras, aportando profundidad a sus personalidades y reforzando la autenticidad de la trama.

Leer esta novela es como entrar en una historia que, aunque ficticia, parece tangible y cercana. La cotidianidad se entrelaza con pequeños grandes momentos que marcan la vida de los protagonistas, y cada giro argumental se siente orgánico y necesario. Es una lectura que atrapa, emociona y divierte, todo a la vez.

Invito a quien aún no ha descubierto el universo de Jessica Sanz a darle una oportunidad tanto a este libro como a su predecesor. Son novelas que destacan por su calidad literaria y por su capacidad de entretener sin perder profundidad. La vida es un chicle de menta es, en definitiva, una obra que consolida a su autora como una narradora hábil, versátil y tremendamente disfrutable.

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